Quienes somos

El Centro de Investigación en Comunicación Comunitaria surge como proyecto a finales de 2014…

Por la iniciativa de un grupo de jóvenes de comunidades indígenas y algunas zonas urbanas, con compromiso y voluntad colaborativa, por generar medios de comunicación comunitarios en territorios donde los megaproyectos, la narcoviolencia y el despojo han venido destruyendo el tejido social de los pueblos. Desde 2013 estuvieron participando en actividades impulsadas por organizaciones de base en la capacitación del uso de herramientas comunicativas. Estas experiencias evidenciaron la falta de información, la corrupción en torno a la diversidad de problemáticas y la necesidad de transmitirla en las diferentes lenguas de la región. La posibilidad de comunicar desde el pensamiento de los pueblos, fue un aspecto fundamental que detonó mayor participación de la población en las asambleas y espacios colectivos de toma de decisiones y generó nuevos procesos que buscaban soluciones a estas problemáticas.

NUESTRO CAMINO


Después de caminar por diversas experiencias comunicativas aprendimos que para que estos proyectos fueran sostenibles en el largo plazo, era necesario conformar estructuras de gestión integral comunitaria que les brindaran un soporte social y económico. La gran mayoría de las zonas rurales de nuestro país se encuentran en condiciones de alta marginación y pobreza. Esto dificulta la participación continua de las y los comunicadores sociales, pues tienen que dedicar la mayor parte de su tiempo a sobrevivir en condiciones sumamente precarias. En este contexto las comunicadoras son a quienes más trabajo les cuesta participar ya que viven condiciones de explotación y discriminación muy fuertes al violentarse sus derechos individuales y colectivos, tanto en el núcleo familiar como público.

Por todo lo anterior, a finales de 2015 nos surge la necesidad de constituir un espacio multidisciplinario desde el cual podamos compartir conocimientos en diversas áreas, a través del ejercicio del voluntariado y de la participación social organizada de la población.


Desde esta perspectiva, buscamos promover y fortalecer los procesos comunitarios a partir del desarrollo de capacidades integrales, definidas desde las necesidades identificadas por las propias comunidades, que apunten a mejorar sus condiciones de vida. Nuestra colaboración se lleva a cabo desde un enfoque trasgeneracional e intercultural, entendiendo que esto solo es posible si se tiene un proyecto de vida en común y a largo plazo, sustentado en la convivencia del ser humano en diversidad y armonía con la naturaleza, y a partir del reconocimiento de los diversos valores culturales existentes en cada territorio.

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